domingo, 24 de octubre de 2010

La barca alegre, de Albert Lynch


UNIVERSITARIOS DE AYER Y DE HOY



Un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.


Mayo del 68. De acuerdo, fue una rojería de niños burgueses en tiempos de pleno empleo. Pero lo cierto es que tenía un punto totalmente intelectual que hoy hemos perdido por completo. Los que no llevaban debajo del brazo un libro de Albert Camus, de Jean Paul Sartre, de Simone de Beauvoir, de Michel Foucault lo llevaban de Lenin, de Marx, de Mao, de Trotsky.

Hoy en cambio en las protestas estudiantiles lo que se lleva debajo del brazo es media chapa de hachís.

Y es que antes ser estudiante estaba ligado con la intelectualidad. Se hacían grupos de debate, se creaban asociaciones, se participaba en política y se leía, se leía mucho, no sólo de política, también de filosofía, de arte y literatura, etc. aunque solo fuera para ligar y por prestigio frente a los demás.

Ahora los estudiantes se toman ir a clase como un trabajo. Van (los que van), echan sus horas, salen y a hacer vida social, al parque, al botellón, etc. Llegan los exámenes, se encierran, lo estudian y lo mismo sacan un diez.

Pero ya no se vive la cultura en la universidad.

jueves, 14 de octubre de 2010

LOS MUÑECOS DEL CONGRESO



Los judíos dicen: «Los cristianos carecen de base», y los cristianos dicen: «Los judíos carecen de base»


A estas alturas todos damos por hecho que en el Congreso de los Diputados no existe debate ni opinión. A cada diputado que le toca hablar ya se sabe de antemano lo que va a decir. Por eso no tiene el mínimo interés ver los debates televisados, y por eso en la práctica no notaríamos ninguna diferencia si nos cargásemos de un plumazo a todos los diputados.

Todo sería más claro y desde luego más económico si el pulsador de Mariano Rajoy valiera 154 votos y el del señor Zapatero valiera 169, y quitando a los más de 300 muñecos que sólo sirven para aplaudir y abuchear nos ahorraríamos en total, a ojo de buen cubero, cerca de un millón y medio de euros MENSUALES, sin contar pensiones vitalicias.

Otra posibilidad más democrática, y por tanto más liosa y menos rentable, son las famosas listas abiertas o el menos conocido voto preferencial. Dicen que las listas abiertas ya llevan varios años funcionando para el Senado, pero que no las usa ni el tato, y los políticos se aferran a ese argumento para no ponerlas en marcha para el Congreso. El populacho sin necesidad de entrar en detalles sabe que el Senado no es donde se cuecen las habas, ni las listas de senadores suelen contener nombres conocidos como las de diputados al Congreso.

Y luego está el tema de la democracia interna en los partidos, en eso el PSOE le ha dado ya dos veces sopas con honda al PP. La primera y más notoria fue ya hace diez años, en el 2000; pero esta última y más reciente por la candidatura para Madrid ha tenido el don de la oportunidad, dos años después de que en el PP se instaurase la doctrina “democracia interna no, que debilita”, cuando se ha visto que ocurre justo lo contrario, primero se genera atención (¿o las primarias demócratas de EEUU entre Clinton y Obama no monopolizaron los medios durante meses?), y después el ganador sale fortalecido. Luego ya podrá perder o no, pero siempre partirá con tres goles de ventaja frente a un delfín puesto a dedo.

miércoles, 13 de octubre de 2010

LA GENERACIÓN CANAL+, ODIAR PARA AMAR



Sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera, la púrpura escarlata, la púrpura violeta, el lino fino y el carmesí. Sabe también hacer toda clase de grabados y ejecutar cualquier obra que se le proponga.


En el año 1990 nacía Canal+, el primer canal de televisión de pago en España. Poco se ha dicho o escrito de la enorme influencia de esta cadena en aquella década pasada. El lema publicitario con el que se bautizaron consistía en poner en las revistas fotos en blanco y negro de antiguos actores famosos con la cita “El cine ha muerto”, y contraponerlas con otras fotos en color de actores del momento (Sharon Stone o quien fuera) con el lema “Viva el cine”.

Pues bien, ya podemos decir que uno de los grandes culpables de una generación importante de españoles que no ha visto cine en blanco y negro en su vida ha sido Canal+. Presentó el cine como algo casi periodístico y de pura actualidad, se inculcó la idea por la cual cualquier producto que tuviera más de 4 o 5 años no interesaba.

Para muchos jóvenes, y otros snobs no tan jóvenes, lo más moderno y lo más in era ver Canal+. Y si te veías una película de ‘Los tres mosqueteros' de Gene Kelly eras lo peor. ¿Hay que odiar y despreciar una cosa para amar otra?

Es cierto que en aquellos momentos las salas de cine estaban bastante mal, la creación de más cadenas de televisión y el VHS había tenido un gran impacto en la forma de consumir cine en casa, y Canal+ consiguió relanzar el interés por los estrenos, lo nuevo, la actualidad. Por ejemplo rescataron la gala de los Oscars, que había dejado de emitirse, es innegable que la gente comenzó a saber mucho de la actualidad del cine, y sin embargo destruyó por completo el interés por el cine clásico.

Tuvo que llegar la era de Canal Satélite (no es lo mismo llenar un canal de películas actuales, que llenar más de una docena, hay que tirar de lo viejo) y de Internet con las grandes bases de datos, para que la afición al cine entre los españoles dejara de ser pura actualidad.

Y aún así, aunque se ha rescatado el cine de los 70 (la generación sagrada de los Coppola, Scorsese, Allen, Spielberg, etc.), sigue habiendo mucha gente con grandes problemas para poder ver una película en blanco y negro de los 50 hacia atrás (es decir, que no sea ‘La lista de Schindler').

Pero no sólo de cine vive el hombre. También el mundo de las series provenientes de los canales de pago americanos, que ahora gozan de cuotas enormes, nació en Canal+. Desde Friends y Seinfeld hasta Los Soprano y Sexo en Nueva York, de ahí vienen las actuales Lost, House, Prison Break, etc. Incluso el mundo grunge, los conciertos, Nirvana y Kurt Cobain, etc. crecieron al abrigo de este canal.

También es curioso que aún teniendo un punto sociopolítico de izquierdas, asociada a un grupo mediático que todos conocemos, en el fondo era una televisión elitista y de pago, que no era barata, y que mucha gente sólo veía Canal+ alguna vez en el bar mientras se tomaba una caña para ver el partido con Michael Robinson.

Y no hay que olvidar el programa “Lo + plus” de Fernando Scwartz y Máximo Pradera que fue un auténtico boom, mil veces imitado desde entonces, y si uno lo viera ahora diría pero bueno, qué tonterías de entrevistas hacían, y eso que a veces llevaban a personajes de calado intelectual, pero todo se basaba en las anécdotas, las gracietas, etc. y el invitado pasaba sin pena ni gloria respondiendo a chorradas de un nivel cultural paupérrimo.

Y es ese formato de entrevista desenfadada el que sigue triunfando hoy, lo que menos importa es qué le van a preguntar al famoso, lo importante es que está el famoso y hacemos con él un poco el chorra.

Iniciación Masónica, Mozart en Viena - de Ignaz Unterberger

martes, 12 de octubre de 2010

MAHOMA Y LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD



El día que tiemblen la tierra y las montañas, y se conviertan las montañas en montones dispersos de arena...
Si no creéis, ¿cómo vais a libraros de un día que hará encanecer a los niños?


En el año 1978 un tal Michael H. Hart, astrofísico, judío y americano, un tipo bastante peculiar por sus tesis racialistas en EEUU (aboga por dividir el país en tres estados, uno blanco, uno negro y uno multirracial), dio su particular pelotazo al publicar un libro en que ponía a Mahoma como el primero de una lista sobre los 100 personajes más influyentes de la historia.

En Occidente no sentimos que le debamos nada a Mahoma, ni como figura religiosa y espiritual, ni como legislador y hombre de Estado, ni desde luego como científico, pensador o artista.

Sin embargo, para más de mil millones de personas en el mundo, desde Marruecos hasta Indonesia, Mahoma es el number one y nadie se le acerca, tanto como líder secular como líder religioso (si es que para los musulmanes importó alguna vez tal distinción).

Jesús realmente empezó con poco pero acabó con nada. Y le costó al cristianismo avanzar, y fueron sus seguidores, y el Imperio acabó catapultando aquello que empezó reprimiendo. Pero es que Mahoma en vida, de cómo empezó a cómo terminó es un salto cualitativo sin comparación, y cuya obra continuó como un torrente tras su muerte. El mundo musulmán, hoy en pleno renacer y florecimiento, ha perdido muy poco territorio en toda su historia, se pueden contar con los dedos de una mano los lugares de donde se les ha echado.

Hablamos de alguien que no nació príncipe, era huérfano, ni en un gran imperio del que tomar las riendas, estamos hablando de alguien que al principio solamente le creía su mujer, durante tres años, y hoy su figura representa para más de mil millones de personas un modelo, una autoridad única e incontestable a todos los grandes niveles (moral, fe, justicia, filosofía, razón, política, diplomacia, sociedad, familia, amistad, guerra) sin equivalente en toda la historia de Occidente.

Claro que, bien mirado, fue tan solo un mensajero e intermediario de la voluntad de Dios todopoderoso, y eso le quita casi todo el mérito.